Como ya te hemos explicado, saber descifrar las señales que envían sus plantas permite a los jardineros cuidarlas y satisfacer sus necesidades. Este trabajo de comprensión de las plantas verdes puede resultar especialmente útil para las plantas más frágiles y caprichosas, como las orquídeas. Hojas amarillas o blandas, raíces grises, falta de hojas… Decodificar estos diferentes síntomas te dará la clave para tener una orquídea bonita y saludable. Si su orquídea se está muriendo, ¡estos pocos pasos le devolverán la vida muy rápidamente!
Si tu orquídea moribunda es muy suave…
La presencia de hojas suaves y arrugadas que caen a los lados de la maceta suele ser señal de riego demasiado frecuente o abundante. De hecho, aunque se trate de una planta tropical, conviene no regar más de una vez por semana. En épocas secas (en verano y en invierno, en cuanto se enciende la calefacción, que puede secar el aire ambiente), también hay que pulverizar aproximadamente cada dos días, pero ahí se detiene el suministro de agua.
Para guardarlo tendrás que vaciar el exceso de agua volcando la olla. A continuación, eche un vistazo a las raíces para identificar aquellas que estén podridas, marrones o ennegrecidas. De hecho, es posible que necesiten poda. Una vez hecho esto, puedes trasplantar tu orquídea quitando la tierra húmeda y las virutas empapadas. Sobre todo, asegúrate de que la maceta tenga agujeros para un drenaje eficaz.
Si su orquídea moribunda tiene hojas amarillas…
Muy a menudo, aparecen hojas amarillas si las condiciones de vida de la orquídea no son óptimas. Esto también puede tener que ver con demasiado calor (sobre todo si hay un radiador cerca), un exceso de agua, una exposición demasiado directa al sol, una enfermedad, etc. Así que, antes de nada, asegúrate de conocer los conceptos básicos de una orquídea sana para eliminar todas las posibles causas. Sin embargo, en general se trata de un problema relacionado con el riego y, en particular, con el agua estancada en la maceta. En este caso, mejorar el drenaje con bolas de arcilla y una maceta con agujeros.
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