6.Vinagre blanco y bicarbonato de sodio.
Encontrar un horno limpio no se trata sólo de limpiar el interior. Muy a menudo, las parrillas son las más afectadas por las cocciones repetitivas y pueden acumular una serie de residuos molestos. Por eso, uno de los métodos más sencillos es quitarlos y ponerlos en el fregadero. A continuación, rocía las rejillas con vinagre blanco y pasados unos minutos, espolvorea bicarbonato de sodio sobre ellas . Después, simplemente pasa una esponja y enjuaga con agua para ver cómo se desprende toda la suciedad.
7.Jabón de Marsella
El jabón de Marsella es una buena alternativa al vinagre blanco y al bicarbonato de sodio. Para beneficiarse de sus propiedades suavizantes, simplemente mézclelo con agua y luego sumerja una esponja en esta solución antes de fregar las parrillas. También puedes utilizar un cepillo para platos para una limpieza óptima.
Para limpiar la puerta del horno:
8.Calor y bicarbonato de sodio
Generalmente equipada con doble cristal, la puerta del horno es una de las zonas que se ensucia con más facilidad y también es una de las primeras cosas que notas al entrar a la cocina. Afortunadamente, existe un truco natural para remediar esto. Para empezar, calienta el horno durante unos minutos a 40-50° C. Una vez que el interior haya alcanzado esta temperatura, apágalo y espera unos minutos. Luego, abre la puerta y extiende sobre ella una pasta formada por una cucharada de bicarbonato de sodio y unas gotas de agua. Dejar actuar de 5 a 10 minutos y luego retirar con una esponja empapada en agua tibia. Resultado: ¡cristal limpio y brillante como si tu horno fuera nuevo!
Precaución :
Asegúrese siempre de que su horno se haya enfriado lo suficiente antes de limpiarlo. Cuando sea posible, desenchufe el aparato para máxima seguridad.