Es importante saber que nunca es demasiado tarde para retomar el rumbo.
“Incluso cansado, incluso graso, un hígado comienza a regenerarse después de unos días de atención y eliminación de pequeños excesos rutinarios”, especifica el profesor Gabriel Perlemuter, jefe del servicio de gastrohepatoenterología y nutrición del hospital Antoine Béclère (Clamart).
Deshazte de la fructosa: evita los zumos, incluso sin azúcar añadido, así como las mermeladas bajas en sacarosa (azúcar de mesa) pero enriquecidas con fructosa, y en su lugar consume frutas no demasiado maduras y en cantidades limitadas.
Favorecer las grasas crudas: mantequilla; margarina de maíz, girasol u oliva; aceite de oliva o de colza; crème fraîche con 15% de grasa (consumir en cantidades limitadas)
Limitar el consumo de alcohol: ¡Sustituirlo por un buen zumo de verduras frescas!