Sin embargo, los huevos se pueden almacenar en el refrigerador durante un mes después de la fecha de caducidad recomendada, que es 58 días después del día en que fueron puestos, si las cáscaras no están agrietadas ni rotas. Almacenar los alimentos en óptimas condiciones ayuda a mantener su frescura, evitar el moho y combatir activamente el desperdicio alimentario.
El cumplimiento de la cadena de frío y los plazos es necesario para evitar organismos patógenos que supongan un riesgo para la salud. Así, guardar los huevos en el frigorífico ayuda a conservar su sabor y sus cualidades nutricionales y previene el crecimiento de bacterias.
Sin embargo, definitivamente no debes lavar los huevos que no se van a comer inmediatamente, ya que esto corre el riesgo de que pierdan la película protectora que les deja la gallina. Pero si las fechas no están en el empaque, es necesario buscar otras formas de saber si están vencidas.
2. Huele el huevo
Al igual que los productos frescos como los quesos, los postres, la crème fraîche o incluso los yogures, los huevos pueden tener un olor sospechoso una vez transcurrido el plazo.
Así que, si notas que el huevo ya pasó la fecha de caducidad y quieres conservar el producto para su consumo posterior, empieza por olerlo.
Los alimentos caducados suelen tener un olor desagradable y no deben comerse. Es posible que hayan perdido sus vitaminas y tengan el sabor alterado.
Además, los productos alimenticios perecederos tienen una vida útil limitada y pueden ser peligrosos para la salud si no se respetan las fechas de caducidad. Los huevos caducados, ya sean cocidos o crudos, pueden desprender un olor distintivo.