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La inmovilidad y el no hacer nada son tus peores enemigos. Aquí hay algunos buenos gestos:
- Realice estiramientos repetidos girando la cabeza lentamente y luego más rápidamente sin provocar ni despertar dolor. Por ejemplo, mire hacia la izquierda y luego hacia la derecha, lleve la oreja a un hombro y luego al otro e incline la cabeza hacia adelante.
- Además, estimula los músculos que soportan el peso de la cabeza (¡de 4 a 5 kg!). Para ello, apóyate contra la pared durante 30 segundos y repite 3 veces. Si la tensión es demasiada, dobla las piernas o coloca un cojín detrás de la cabeza.
- De lo contrario, camine durante al menos 15 minutos para relajar los músculos y favorecer la circulación sanguínea. Por otro lado, prohíbe los deportes intensos, el bricolaje, la limpieza y la jardinería mientras te recuperas.
- Por último, haz ejercicios de respiración profunda . De hecho, esto moviliza la musculatura de la caja torácica que está estrechamente ligada al cuello.