6. Tos persistente o ronquera
Una tos que dura más de tres semanas, especialmente con sangre, podría indicar cáncer de pulmón o de garganta. La ronquera que no mejora también puede ser una señal de alerta.
7. Cambios en los hábitos intestinales o de vejiga
El estreñimiento repentino, la diarrea, la sangre en las heces o los cambios en la frecuencia de la micción pueden ser señales de cáncer de colon, vejiga o próstata.
8. Dificultad para tragar
La dificultad para tragar alimentos, la sensación de tener algo atascado en la garganta o el atragantamiento frecuente podrían estar relacionados con cáncer de esófago o de garganta.
9. Infecciones frecuentes o curación lenta
Si su sistema inmunitario está comprometido por células cancerosas, las heridas tardan más en cicatrizar y las infecciones son más frecuentes. La leucemia y los cánceres hematológicos suelen presentar este síntoma.
10. Sangrado o secreción anormal
Un sangrado inesperado, como tos con sangre, sangre en la orina o sangrado vaginal inusual, nunca debe ignorarse. Este es un signo temprano común de cáncer en los órganos reproductivos, la vejiga o el tracto digestivo.
11. Sudores nocturnos y fiebre
Si bien la fiebre a menudo indica una infección, los sudores nocturnos recurrentes y las fiebres inexplicables también pueden estar relacionados con cánceres de la sangre como el linfoma o la leucemia.
12. Hinchazón y malestar abdominal
La hinchazón persistente, la indigestión o el dolor abdominal, especialmente cuando se combinan con pérdida de apetito, podrían ser signos tempranos de cáncer de ovario, de estómago o de hígado.
Reflexiones finales
No todos los síntomas mencionados anteriormente son causados por cáncer, pero escuchar a tu cuerpo es clave . Si notas que alguno de estos cambios persiste durante semanas, consulta con un profesional de la salud. La detección temprana suele implicar un tratamiento más eficaz y una mayor tasa de supervivencia.
Mantenerse proactivo en cuanto a su salud, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y realizarse controles de rutina puede reducir en gran medida los riesgos de cáncer.